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Hola, simpátiques hampones
La tristeza inunda mi corazón por la perdida de Lynch. Algo había en ese ser que conectó conmigo hace muchos años, en realidad en el siglo pasado, cuando, bastante ciego de hachís y cerveza, veía "Cabeza borradora" en el sótano de los hermanos Juan y Pedro Barea. A Juan le chiflaba, y a mí me hipnotizaba una y otra vez.
Muchos años después, muchos, recuerdo ir a verla a la Filmoteca, ya viviendo en Murcia. En la puerta me encontré con un antiguo conocido del pueblo al que apodaban El Chincheta. El Chincheta iba con su chica y paseando vieron que ponían una de Lynch y dijo de entrar a verla. Recuerdo que le pregunté si tenía idea de lo que iba a ver. Me dijo que bueno, que David Lynch era muy famoso, seguro que estaba bien. Me quedé con el lugar donde que se sentaron. Comprobé con humor y sin sorpresa que solo unos quince minutos después de empezar ya se habían marchado.
Mi última guitarra se llama Lynchita. No recuerdo el por qué del nombre. Supongo que fue por esa mezcla estúpida de ser una guitarra que no es ni Telecaster ni Jazzmaster pero aún así sonar como la jazz con el tacto de la tele. Será. Sería.
La guitarra Lynchita. Una Fender híbrida entre Telecaster y Jazzmaster.
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Si esta muerte presagia un año tortuoso derivado de no comerme las uvas del finito pasado, que alguien haga el favor de inventar la manera de volver hacia atrás. No me hace falta que sea tanto como para evitar el holocausto. Estamos hablando de 15 días escasos.
Os mantengo informados.
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He desempolvado la novela corta que escribí durante noviembre. Leyendo por aquí y por allá, nunca más de dos líneas, no parece un completo desastre. Es tiempo de leer y corregir y quizá marcar un segundo borrador. Va a ser una experiencia nueva.
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Lo laboral se ha vivido es su vertiente sindical. Puño en alto, pero con la otra mano en el teclado del ordenador. Ahora cojo unas mini vacaciones hasta febrero.
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Al trote, al trote, al trote; al galope, al galope, al galope. NO.
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Al internet y el tubo infinito le vino bien tirarme a la cara un concierto de la banda garage del momento, y he de decir que tienen un directo impecable y que lo disfruté mucho aún sentado en el sofá. The Mystery Lights.
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Nada más. Que toda muerte os sea llevadera. Que vuestros peces más oscuros salgan a la superficie. Que seáis felices. Os quiero. Un abrazo
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